Entorno económico
La economía costarricense mostró síntomas de estancamiento. Factores climatológicos, debilitamiento del sector construcción y reducción en el turismo, así como el incremento en los precios de los combustibles, las tasas de interés y una devaluación importante del colón en el primer semestre del año, generaron una reducción de la confianza de los consumidores y un menor dinamismo de las exportaciones.
El crecimiento económico en 2017, medido como la variación del PIB, fue 3,2%, menor al 4,4% registrado en 2016. Dentro de actividades económicas con mayor crecimiento destacaron los rubros de servicios, como: profesionales y administrativos con 5,8%, información y comunicación un 7,4%, financieros y seguros con 5,8%.
La inflación acumulada si bien se ubicó dentro del rango meta indicado por el Banco Central, fue superior a la registrada el año anterior y cerró el 2017 en 2,6%, explicada por incrementos en el precio de las materias primas y la devaluación del colón.
El tipo de cambio experimentó en mayo gran volatilidad alcanzando un máximo histórico de ₡595.28 por dólar en MONEX y más de ₡600 por dólar en algunas ventanillas. Ante ello, el BCCR anunció una serie de medidas como intervenciones intra-día en MONEX; cambio en la metodología para el cálculo de los tipos de cambio de referencia de compra y venta; y la solicitud y aprobación de $1000 millones para el fortalecimiento de las reservas por parte de la FLAR1. Con estas medidas, el tipo de cambio tendió a estabilizarse alrededor de los ₡570 hacia el último trimestre del año, registrando una devaluación acumulada 2,5% en 2017.
En cuanto a las tasas de interés en colones, la Tasa de Política Monetaria aumentó 300 p.b. y Tasa Básica Pasiva lo hizo en 150 p.b, esto con el objetivo de mejorar el premio por invertir en colones y desincentivar la dolarización financiera. Por su parte, el déficit fiscal continúa incrementándose. Cerró el 2017 en 6,2% con respecto al PIB, mientras que la razón Deuda/PIB alcanzó un 49,2%.
A nivel internacional, el 2017 se caracterizó por una aceleración en el crecimiento de las economías avanzadas y una reactivación de la actividad productiva en economías emergentes y en desarrollo, proceso explicado por un repunte en el precio de las materias primas, una mejora en la confianza de los productores y consumidores, condiciones financieras favorables y mercados optimistas. Todo lo anterior se reflejó en aumentos en la inversión, el comercio internacional y la producción industrial.
Estados Unidos mostró una mejora significativa en indicadores como empleo y la confianza de los consumidores, que se podrían fortalecer con la reciente reforma fiscal aprobada en diciembre, qué además incentivaría el flujo de capitales hacia Estados Unidos. Dados estas características se estima un crecimiento de 2,4% para Estados Unidos en 20172. Por otra parte, la Zona Euro y Japón han logrado mejorías en sus economías e impulsar su crecimiento. Según estimaciones en 2017 el crecimiento para la Euro Zona cerrará en 2,4% y para Japón de 1,7%. China, mostró una reactivación en 2017, con un crecimiento cercano al 6,8%. América Latina creció cerca de 0,9%, impulsado por Brasil, con un crecimiento de 1%, luego de registrar cifras negativas en años anteriores.
Los mercados financieros internacionales mostraron optimismo en el 2017, impulsado por la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos en diciembre anterior, lo que afianzó la confianza de los mercados, los cuales alcanzaron máximos históricos a lo largo del año y durante los primeros días de 2018. Los índices accionarios más importantes registran crecimientos en 2017 de: 24% en el Dow Jones, 18% el S&P 500 y 27% el NASDAQ.