Evolución de la Economía
La economía costarricense cerró el 2015 con un desempeño positivo en términos de producción, con un crecimiento de casi 3%, sobre la base de sectores dinámicos como el financiero (7,7%), construcción privada (6%) e incluso comercio (3,6%). No obstante, el hecho que sectores como agricultura (-4%) y manufactura (0%) no mostraran el mismo empuje, impidió que el empleo mejorara, y cerró en niveles que exceden el 9%.
La casi nula inflación en el 2015 fue consecuencia del comportamiento de los precios de materias primas importadas, que originó a su vez una importante reducción en los precios regulados.
El tipo de cambio, por su parte, se mantuvo relativamente estable, alrededor de ¢538 por cada US$1 en el mercado MONEX, gracias a una participación bastante activa del Banco Central como comprador en el mercado de divisas. Esta estabilidad del tipo de cambio, frente a un intenso ajuste de monedas en casi todo Latinoamérica, ha introducido un factor de relativa pérdida de competitividad de los bienes domésticos.
Por medio de reducciones en la tasa de política monetaria, el Banco Central trató de reanimar la economía y desanimar las entradas de capital. Sin embargo, las tasas de interés nominales no se ajustaron al mismo ritmo.
A nivel internacional, lo más destacado son los importantes ajustes que se han estado dando en los precios de las acciones de las principales plazas del mundo, y en particular en Asia. El Dow Jones Industrial perdió 6,5% en solo las dos primeras semanas de 2016, algo similar el S&P500 y el NASDAQ Composite un poco más del 8%.
Este escenario igualmente ha contagiado a las principales bolsas latinoamericanas, especialmente las de aquellas economías que tienen una fuerte dependencia de materias primas como hidrocarburos, minerales o granos. Esta presión sobre las bolsas de la región ha ido de la mano con las depreciaciones que han tenido las monedas, cuyos bancos centrales no han tratado de detener, con el objetivo de no perder el atractivo de sus exportaciones.
En resumen, el 2015 resultó más favorable para Costa Rica de lo que se esperaba, con tasas de interés bajas, sin inflación y crecimiento económico aceptable. Sin embargo, la problemática fiscal persiste, y al no visualizarse soluciones concretas, la calificación de riesgo país recientemente se vio afectada.