Reporte de la Dirección General

El año 2018 fue diferente, tanto en términos económicos como en lo ocurrido en el mercado. Los volúmenes registrados rompieron la tendencia de resultados que habíamos visto en años anteriores.  El contexto de las finanzas públicas favoreció el mercado primario y provocó movimientos atípicos en el mercado secundario.

Localmente experimentamos un año particular, con ciertas complejidades electorales, fiscales, presión cambiaria, huelgas y en general una menor confianza por parte de los consumidores e inversionistas. Internacionalmente vimos disputas comerciales, presiones al alza en el precio del petróleo y síntomas de una desaceleración de la economía global.

Desde la Dirección General de la Bolsa, seguimos ejecutando varios proyectos para avanzar en el fortalecimiento del negocio. Desataco dentro de nuestra oferta de productos tecnológicos SaaS, el soporte de la asesoría financiera basado en Open Work Place (OWP), servicio que recientemente fue adquirido por BCT Valores.

Este sistema, utilizado en mercado extranjeros, es la herramienta que representa el apoyo a la labor comercial de asesoría y gestión discrecional de portafolios de inversión, necesario para que los Puestos de Bolsa cumplan con la reglamentación vigente para la intermediación de valores y ofrezcan a sus clientes negocios rentables que resulten en mayores ingresos. Dentro de las ventajas, resalto que el sistema permite crear portafolios modelo acordes al perfil de riesgo del inversionista y según la segmentación de clientes, ofertar alternativas de inversión para pequeños y grandes inversionistas.

De cara al cliente, renovamos el sistema de atención de solicitudes. Cambiamos a una plataforma más moderna, que permite controlar mejor la atención de los casos, además de la automatización de ciertos servicios y la creación de una base de conocimiento de la resolución de los temas. Además, implementamos las sesiones informativas “En Contacto con el Mercado” para discutir los temas relevantes para la industria y presentar nuevos productos.

Lanzamos la rueda de subastas inversas. En estas operaciones el emisor recompra títulos valores previamente colocados. Por ejemplo, los emisores que deseen utilizarla para reducir el número de títulos en circulación convocan a una subasta inversa para recomprar acciones en manos de los inversionistas. Los inversionistas en vez de ingresar ofertas de compra y pagarle al emisor, ingresan ofertas de venta y reciben dinero por los títulos que el emisor está recomprando. Varios emisores han aprovechado esta funcionalidad que ofrece la BNV.

Otro logro que quisiera destacar es la conformación del grupo de trabajo con el Ministerio de Hacienda, Sugeval y el BCCR, para la gestión de la deuda pública. Propusimos la reactivación del programa de creadores de mercado y se incluyó como parte de un proceso más ambicioso de mejoramiento de la administración del endeudamiento, con base en recomendaciones recibidas por distintas consultorías del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Sobre el comportamiento de nuestro mercado, durante el primer semestre del año se observó una gestión muy activa de la deuda pública y un aumento de la liquidez en el mercado. El Ministerio de Hacienda captó un 50% más del monto anunciado, realizó subastas extraordinarias en dólares, mantuvo ventanillas abiertas de manera permanente y el mercado se apalancó para adquirir nuevos títulos.

Para el segundo semestre vimos el deterioro en la calificación de riesgo de Costa Rica, sumado a una mayor demanda por parte del Ministerio de Hacienda, que requirió un 60% más de lo proyectado en el primer semestre. Ante la pérdida de confianza el mercado empezó a exigir mayores rendimientos y se observó una reducción en la liquidez, además, mayor preferencia por títulos en dólares y mayor volatilidad en los precios y los rendimientos.

En términos anuales, el volumen total transado se incrementó en un 17%, con la negociación de US$57 billones, es decir, US$8.5 más que el año anterior. El aumento se explica por las colocaciones en mercado primario y las operaciones de liquidez.  En resumen, tuvimos un mercado primario con volúmenes extraordinarios producto de las captaciones y canjes, un mercado secundario al alza durante el primer semestre pero que revirtió la tendencia en la segunda mitad del año; y un mercado de reportos dinámico la mayor parte del tiempo.

El aumento en el costo de financiamiento tuvo varias consecuencias. En las subastas y ventanillas, Hacienda se vio obligado a convocar a 100 o 200 puntos base por encima de los precios de los vectores. Adicionalmente debió recurrir a las Letras del Tesoro. En el Mercado Secundario los precios de los bonos en dólares del Gobierno mantuvieron tendencia a la baja.  Los rendimientos de los bonos aumentaron entre 150 y 300 puntos base, y empezaron a revertir su tendencia luego de la aprobación de la reforma fiscal.

Los Puestos de Bolsa redujeron sus posiciones abiertas por políticas de riesgo y algunos reportaron salidas de clientes que dejaron de invertir en reportos. Fue necesario recurrir a mercados de dinero para poder apoyarse ante dificultades en las renovaciones. Esta situación provocó menores plazos, mayores rendimientos y un aumento en las llamadas a margen, tanto en colones como en dólares, debido a la caída de los precios.

Por parte de los Puestos de Bolsa, se observó que la estrategia de colocación se enfocó en renovar primero lo propio, dando prioridad a cubrir sus posiciones abiertas.  Del total del saldo abierto a diciembre, el 85% corresponde a operaciones cruzadas. Varios de los participantes reportaron que acudieron a líneas de crédito con bancos o con el mismo puesto para atender las recompras que no podían ir a MEDI o MIL. 

Para la industria, el 2018 fue un año que dejó menores utilidades, con resultados variados para los diferentes participantes. Pese a que los ingresos aumentaron en un 36%, los gastos totales aumentaron un 48%, siendo los gastos financieros los que más aumentaron principalmente por el incremento en el diferencial cambiario y en las unidades de desarrollo.

En el 2019, la mayoría de los vencimientos se concentran en el primer semestre (61%) y representan un 10,75% de la deuda total. El Banco Central espera hacer captaciones en el primer semestre de acuerdo a lo anunciado en el Programa Monetario, por ₵148 mil millones con títulos de corto plazo, reduciendo un 2% el saldo de su deuda para ese periodo. Por su parte, el Ministerio de Hacienda, está proyectando captaciones por ₵1.4 billones, con una estructura de colocación enfocada en colones (50%), dólares (25%), y tasa variable, con la consolidación de series de referencia a 3, 5, 7 y 10 años.

Aunado a lo anterior, se esperaría la aprobación legislativa de endeudamiento externo vía Eurobonos por $1.5 billones para este año, por lo que, de no lograrse, el Ministerio de Hacienda presionará al mercado con la consecuente repercusión en las economías de nuestros hogares. Si bien, el financiamiento internacional ofrece condiciones de plazo y tasa más convenientes que las del mercado local, también representa una buena oportunidad para el ordenamiento de las colocaciones y las subastas.

Es necesario y oportuno financiar una parte importante del déficit fiscal en los mercados internacionales. La alternativa, hasta ahora, parece ser financiarse localmente en dólares, con lo cual el riesgo cambiario es el mismo, y dado que la base de inversionistas es muchísimo más pequeña, conlleva un mayor riesgo de concentración en la tenencia, mayores tasas de interés y menores plazos, de acuerdo con las preferencias de estos inversionistas.

A todos debe interesarnos que el Gobierno vuelva a estar en capacidad de financiarse en colones y los Eurobonos le darían a Hacienda la oportunidad de tomar acciones para reordenar el mercado local y eso, en el mediano plazo, es beneficioso para todos los actores: Hacienda, los inversionistas y el mercado en general.

 

José Rafael Brenes Vega,
Director General