Reporte de la Dirección General
Previo al año electora, las expectativas sobre el futuro económico de Costa Rica son inciertas, y eso se refleja claramente en las estadísticas de la negociación. En 2017 el volumen transado total se contrajo y registró el monto más bajo desde 2010. La caída en el volumen del mercado de dinero (MEDI) tuvo el mayor impacto.
El mercado primario fue el único mercado que creció gracias a un mayor dinamismo del sector bancario, que a su vez compensó la menor participación que tuvo el Banco Central y del Ministerio de Hacienda.
Durante el 2017, el Ministerio de Hacienda enfrentó dificultades para lograr las captaciones propuestas inicialmente, especialmente en moneda local. La expectativa de aumento en las tasas de interés generó una participación más reservada por parte de los inversionistas, lo que se reflejó en el poco éxito obtenido en varias de las subastas convocadas. Los bonos en dólares fueron los más demandados, situación que se vio favorecida por la devaluación del colón en el primer semestre del año.
En cuanto al emisor Banco Central, la menor colocación responde en parte a las intervenciones que tuvo en el mercado cambiario como vendedor de divisas, lo que significa que inyectó dólares a la economía y absorbió colones, disminuyendo de esta manera su necesidad de captar colones en el mercado bursátil.
Los mercados de liquidez mostraron mayor volatilidad en términos del volumen negociado y los rendimientos pactados. El MIL del Banco Central experimentó un crecimiento en el monto negociado en colones impulsado por los incrementos en la tasa de política monetaria, esto originó que el diferencial entre el MEDI y el MIL se redujera de forma importante en el 2017.
En cuanto a las tasas de interés, la curva en colones se ajustó al alza en todos los plazos. Los incrementos en la Tasa de Política Monetaria y la necesidad de recursos por parte del Ministerio de Hacienda presionaron al alza los rendimientos en el mercado de valores. En el caso de la curva en dólares, ésta se mantuvo muy estable con respecto a 2016, la mayor expectativa de devaluación y aumentos de las tasas de interés en dólares, aplacaron la presión sobre los precios a lo largo del año.